Gris es el resultado de mi aproximación al recuerdo y a la pérdida del mismo por la enfermedad de Alzheimer.
Me sumergí durante 2 años en un mundo que vive en un hoy eterno con constantes destellos de un pasado en evaporación.
Un presente que, de todas formas, no es estático, sino que envejece y a veces se descompone sin dejar rastro de su existencia.
Un tiempo que aparentemente fluye marcado por supuestos relojes que siempre marcan las doce y media.